Desde el tropiezo con el Avant Aldaia en la primera vuelta, la jornada de ayer estaba marcada con rojo en el calendario de los granotas. Nos enfrentábamos a uno de los escollos más duros a sortear de los que restaban hasta la conclusión de la temporada.
En esta ocasión la puesta en escena del Levante fue impecable. Intensidad, concentración y velocidad desde el pitido inicial. El centro del campo recuperaba y buscaba las espaldas de la adelantada defensa rival, que tanto daño nos hizo en la ida. Las ocasiones se sucedían, pero en unas ocasiones la falta de acierto y en otras las intervenciones de Carlos, el excelente guardameta del Avant Aldaia, impedían que se reflejaran en el marcador.
A los veinte minutos de la primera parte Ximo recogía un balón en la banda izquierda, penetraba en diagonal, sentaba con un amago al defensa y con un latigazo hacía inútil la estirada del portero. Hasta el descanso prosiguió el monólogo granota. El 0-1, que señalaba el marcador, era un resultado corto para el juego desplegado.
El Avant Aldaia intentó poner una marcha más al inicio de la segunda mitad. Solo fue un espejismo. Nuestra defensa, muy firme toda la mañana, cortó todas las aproximaciones a nuestra área. De nuevo el dominio y el peligro eran blaugranas. Sebas, a los diez minutos de la reanudación, establecería el marcador definitivo. Una espléndida galopada en que se deshizo de dos rivales, culminada con un duro remate. El balón tras golpear la cara interna del larguero besaba las mallas. Era el gol de la tranquilidad. Luego, hasta el final del encuentro, lección de madurez, controlando el encuentro y no renunciando a incrementar el resultado.
Gran encuentro el realizado por los nuestros, donde todos han sumado. Tres puntos más y un partido menos. El objetivo cada vez está más próximo. Éste es el camino.