La tristeza de la despedida no empaña en nada la magnífica experiencia de estos más de cuatro años en la Escuela del Levante U.D. Guille se enfundó por primera vez la camiseta blaugrana en junio de 2009 en Alginet en el Torneo del CONAF. Tenía diez años y su carrera deportiva como granota iba a coincidir con el milagro experimentado por la Entidad. Si en el verano de su ingreso nuestro club se encontraba en situación concursal, con un presente incierto y un futuro muy oscuro, contra todo pronóstico esa misma temporada el Levante ascendía a primera división, para a continuación mantenerse y conseguir en 2012 plaza europea.
A la par la escuela conocía una reactivación en la que la generación del 99 iba a ser el escaparate y el banderín de enganche para las añadas siguientes. En estas más de cuatro temporadas Guille ha militado en los alevines B y A; en los infantiles C y A; y por unas semanas en el Cadete B.
Guille y familia hemos sido unos privilegiados. Hemos vivido y compartido momentos irrepetibles. Hemos podido ver a nuestros hijos y sobrino defender el mismo escudo. Infinidad de partidos, ligas y torneos ha disputado Guille con la elástica blaugrana. Ha tenido la suerte de ganar la mayoría de las veces y de conquistar numerosos trofeos.
También, en ocasiones, ha conocido el sabor amargo de la derrota; pero en todos estos años su mejor victoria ha sido todos esos compañeros que ha conocido, algunos de ellos son sus mejores amigos, con los que ha compartido entrega, esfuerzo, alegrías y penas.
Es la hora de agradecer a todos esos entrenadores, preparadores físicos y delegados que durante todos estos años han intentado hacerle jugador, pero sobre todo mejor persona. Gracias Vicente, Salva, Cata, Sergio, Juanma, Alfons, Jordi, Teo, Chato, Rafa, Jesús, Badía, Jose, Francesc, Adrián y Rafa. Gracias a los médicos y fisios que trataron a Guille en las contadas lesiones, que ha tenido durante estos años.
Gracias a todos los padres y familiares de compañeros y rivales, que os habéis alegrado con los éxitos de Guille y que os preocupáis con sus reveses. Y en especial a todos los compañeros de Guille que con vuestro juego y conducta le habéis, nos habéis hecho, inmensamente felices.
Innumerables son los recuerdos que acuden a nuestra memoria al decir adiós: su primer partido como granota; la primera victoria en Villarreal como Alevín B; el primer torneo ganado al Valencia en Alfafar; la ducha en los vestuarios del Torre celebrando el honorífico título de campeones de invierno como Alevín A; el Torneo de Murcia; el Brunete de Cadiz y el triunfo ante el Real Madrid; la victoria ante el Alboraya que nos otorgaba el subcampeonato como Infantil C; pero para Guille nada es comparable como los momentos en el vestuario o en el autobús, con su Fondo Sur, en que bailaban, cantaban y reían mientras la música atronaba en los altavoces.
Todas las historias tienen un final. El de ésta está abierto. Será como un libro en blanco que se rellenará cada vez que nos encontremos por esos campos de Dios. Guarda un capítulo para el primero que debute en primera división y estará dedicado al que se enfunde la camiseta nacional. Sabed que un poco de vuestros éxitos nos corresponde a todos los que hemos compartido estos maravillosos años. Si nada de eso ocurre, no importa. Lo completaremos con los recuerdos de esas victorias increíbles o con los sueños de ser nosotros los que saltamos al estadio.
Guille y familia nunca olvidaremos la emoción de la despedida. Solo por eso habría valido la pena jugar en este club. Siempre os llevaremos en el corazón.