EL PARTIDO DE SUS VIDAS

Un periódico local indicaba, que los jovencísimos integrantes del Levante Dominicos de Fútbol Sala, nunca habían disputado ningún encuentro tan importante como el que iban a celebrar el sábado a las cinco de la tarde con el Uruguay Tenerife. Se enfrentaban, segundos en la clasificación, al líder, con el virtual ascenso directo a la División de Honor en juego.

 

Los que tuvimos la suerte de asistir al encuentro celebrado en un abarrotado Polideportivo de El Cabanyal contemplamos uno de los partidos más emocionantes, intensos y dramáticos de nuestras vidas, que quedará para siempre grabado en nuestras retinas. 

 

Si nuestros representantes nunca habían jugado un partido de esa transcendencia, no se notó. El sábado se graduaron con matrícula de honor. El vídeo de su lección de entrega, sacrificio, espíritu indomable y capacidad de reacción debería ser de obligado visionado para todos los integrantes de la escuela. Deporte en estado puro, donde se compite por el placer de jugar y la mayor gratificación es la victoria.   

Durante casi todo el partido fueron por debajo en el marcador. Cada gol granota era respondido por el conjunto canario, mucho más veterano y con jugadores que ya han disputado la máxima categoría, con uno o dos goles. Sin embargo los nuestros nunca bajaron los brazos. A cada golpe recibido respondían levantándose con mayor energía.
La primera parte concluyó con un 2-4 preocupante. El 2-5 parecía condenar a los granotas, pero con el apoyo de la grada redoblado en esos momentos, los blaugranas tuvieron una reacción de coraje y orgullo. En un minuto el marcador reflejaba un esperanzador 4-5.
Ni siquiera el nuevo mazazo del gol en propia puerta hizo mella en los blaugranas. Al grito de "Sí se puede" la afición llevó al equipo en volandas. El empate a seis condujo al pabellón a la locura y el 7-6, a falta de cuatro minutos, al éxtasis.

La emoción de los últimos minutos fue tremenda. Público y banquillos en pie. Los canarios jugaron los últimos tres minutos con portero jugador, pero los granotas resistieron.  El pitido final supuso una explosión de alegría. Cerca de diez minutos tardaron los integrantes del Levante Dominicos en alcanzar el vestuario, aclamados por una grada que se resistía a abandonar el pabellón.

Testigos de excepción fueron el Presidente de la Fundación del Levante y los jugadores del primer equipo Rubén y Héctor Rodas.
Quedan solo dos jornadas. La semana próxima juega en la cancha del Hércules San Vicente, penúltimo. El sueño está muy próximo.
Nos vemos en El Cabanyal en la última jornada para celebrar el ascenso. Los Pedro, Kiko, Sena, Revert, Márquez, Jordi y compañía se lo merecen.