ÁLVARO FERRER

 

Pasa la vida, pero la obra permanece. La de Álvaro Ferrer  en el Levante U.D. son más de cuatro temporadas defendiendo con casta, garra y honor la casaca granota con el cuatro a la espalda.
Llegó de La Pobla de Vallbona en el verano del 2009 para formar parte del Alevín C, con el carácter competitivo grabado en sus genes. Álvaro es hijo de Pascual, mítico jugador de pelota valenciana, que abandonó el balón de la cantera valencianista por la pilota de vaqueta del trinquete.

Antes, se fogueó durante dos años en los benjamines del Vallbonense, escuela donde Nacho, su hermano, sigue sus pasos.

Su fortaleza física, sentido táctico, disciplina, juego de cabeza y golpeo de balón le hicieron superar la durísima pretemporada del verano 2010 para integrar el mítico Alevín A. Un equipo de quince jugadores en una competición de fútbol 7, que empezó y terminó la temporada con todos, para conseguir ser hasta la fecha el único Alevín A del Levante líder al finalizar la primera vuelta, además de ganar los Torneos de Alfafar, Fernando Gómez Colomer y el de Campeones de Invierno, y de derrotar al Real Madrid en el Brunete de Cádiz. En ese torneo, Álvaro sería el representante del Levante U.D. en el partido inaugural. Sin duda eran otros tiempos, no se dejaba a nadie en el camino, se hacía equipo y además se vencía. 

En fútbol 11 siguió siendo un seguro en la defensa. Capitaneó, jugando como central, el Infantil C, conjunto menos goleado y segundo más goleador de su grupo, un equipo que enamoraba con su juego.

Su seriedad y disciplina le permitieron sobrevivir la temporada pasada al Autonómico. Reconvirtió su juego al lateral derecho y siguió siendo la garantía de siempre. 

Este año inició su andadura en el Cadete B, con la misma ilusión y entrega de siempre. No ha sido suficiente. Priman otros criterios.  Difícil explicar que los que servían en septiembre, no valen en noviembre. Fiel a tu carácter, has decidido buscar nuevos horizontes sin levantar la voz. Razones no te hubieran faltado. La Escuela del Levante U.D. pierde mucho más que un jugador, y el Club donde vas a proseguir tu carrera deportiva recibe un refuerzo de lujo.  



El final no empaña en nada tu trayectoria. Nadie podrá borrar los innumerables triunfos colectivos y personales conseguidos en estos más de cuatro años, ni los torneos disputados, ni los viajes realizados.  Has sido el orgullo de tu familia y has sabido ganarte el respeto de compañeros y rivales.

Gracias por habernos emocionado tantas veces durante estos años. Gracias por la dignidad con que portaste el brazalete de capitán. Gracias por haber sabido ganar, la mayoría de las veces, y por haber sabido encajar las derrotas, las menos, con serenidad.
En los equipos hay nombres y hombres. Sin duda, tú, Álvaro, en el Levante U.D. has sido todo un hombre.